La hinchada del Junior de Barranquilla estalló en contra de los jugadores y el cuerpo técnico del equipo en medio del partido que perdieron 2-1 ante Envigado, el pasado domingo en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez. A pesar de haber adquirido 26 mil abonos al principio de la temporada, la afición se mostró inconforme con el desempeño del equipo y de algunos jugadores, a quienes les exigieron más testosterona en los partidos.
La eliminación del equipo en la Copa Sudamericana ante Tolima, sumada a su situación actual en la Liga, donde se ubica en el último lugar con solo seis puntos de 24 posibles, ha generado un ambiente tenso y frustrante para los aficionados.
El principal blanco de los gritos, insultos y hasta de algunos objetos lanzados desde la gradería de occidental, fue el técnico Arturo Reyes, a quien culpan por la situación del equipo. Reyes se retiró del campo bajo protección de los escudos policiales, mientras que el venezolano Luis ‘Cariaco’ González recibió una sonora silbatina y una lluvia de insultos al ser sustituido.
Solo Juan Fernando Quintero, quien ha mostrado compromiso y calidad como futbolista, fue elogiado por la afición en medio del marcador adverso. La frustración y el inconformismo de los aficionados se hicieron evidentes a medida que el partido avanzaba, y tras la derrota, el ambiente en las calles de Barranquilla sigue siendo tenso.
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