Junior cae en el Metropolitano ante un Medellín que fue superior de principio a fin
La tercera jornada de los cuadrangulares dejó una imagen preocupante para el Junior de Barranquilla. El equipo dirigido por César Farías fue superado en su estadio por un Independiente Medellín que, con orden, presión y buen fútbol, se llevó una merecida victoria 1-0. El único tanto del compromiso fue obra de Hómer Martínez, un viejo conocido en casa, surgido de la cantera rojiblanca.
Aunque el marcador fue corto, no reflejó del todo lo que se vivió en el terreno de juego. El DIM fue claramente superior en la mayoría de los tramos del encuentro, dominando tanto en lo físico como en lo táctico. “Los responsables somos los jugadores al 100%”, reconoció sin evasivas el zaguero Javier Báez, asumiendo el mal momento del grupo.
Desde el inicio, el conjunto visitante impuso condiciones. Con una presión alta y gran movilidad en el medio, neutralizó los intentos ofensivos de Junior, que apenas generó peligro en algunos pasajes aislados. Guillermo Paiva fue el único que logró inquietar en ataque, mientras que nombres como Bryan Castrillón, Yimmi Chará y José Enamorado quedaron en deuda.
El gol de la visita llegó al minuto 43. Un error en la salida del local fue aprovechado por Hómer Martínez, que desde fuera del área remató con fuerza, venciendo la resistencia de Jefferson Martínez, quien hasta ese momento había salvado al equipo en varias oportunidades.
En la segunda parte, el Tiburón intentó reaccionar con los ingresos de Jordan Barrera y Tití Rodríguez, y si bien hubo una mejoría momentánea, esta se diluyó con el paso de los minutos. Junior fue errático en la definición, con varios remates desviados y un cabezazo de Paiva que pasó cerca, pero no fue suficiente para igualar.
Del otro lado, Medellín nunca perdió el control. Aunque bajó un poco el ritmo, supo manejar la ventaja, cerró los espacios y generó otras opciones claras que no logró concretar, manteniendo la tensión en el marcador pero sin ceder terreno.
El cierre del partido fue aún más cuesta arriba para los barranquilleros. Una lesión de Déiber Caicedo obligó a jugar los últimos minutos con diez hombres, mientras que Paiva, acalambrado, apenas podía moverse. El equipo terminó desordenado, sin claridad, sin piernas y sin respuestas futbolísticas.
Ahora Junior está obligado a recomponer el camino si quiere seguir con vida en el grupo A. Pero el golpe en casa fue duro, no solo por el resultado, sino por la forma.
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