Jorge Bolaño: un corazón leal que se apagó en silencio
Este martes, en la ciudad de Cúcuta, se le dará el último adiós a Jorge Bolaño, exfutbolista Samario que dejó una huella imborrable en el fútbol colombiano. A las 3:00 p.m., familiares, amigos y excompañeros de cancha se reunirán para despedir al hombre que, con entrega y humildad, se convirtió en un referente dentro y fuera del terreno de juego.
Bolaño, nacido en Santa MArta, falleció a los 47 años tras sufrir un infarto mientras compartía con amigos. El golpe fue repentino, inesperado, y estremeció al entorno del fútbol nacional, que lo recuerda no solo como un mediocampista combativo, sino como un ser humano leal, trabajador y de valores inquebrantables.
“Jorge le dio mucho a este club, dos títulos, un legado importante. Hay que recordarlo con alegría”, dijo Teófilo Gutiérrez conmovido. “La vida hay que disfrutarla… Estamos para apoyar a sus hijos y todo lo que necesiten”, agregó, en señal de solidaridad.
Yimmi Chará también expresó su tristeza: “Lástima lo que pasó. Todos los que hacemos parte del fútbol y que pudimos verlo jugar estamos tristes. Mucha paz y fuerza para toda su familia”.
Las palabras se suman al recuerdo profundo de quienes lo conocieron en diferentes etapas de su carrera. Javier Álvarez, exseleccionador nacional, lo definió como un hombre de superación constante: “Se desafiaba a sí mismo. Siempre queriendo crecer, con esa chispa de vida”. Una actitud que mantuvo aún en su etapa europea, cuando defendió los colores del Parma en Italia.
Juan Carlos Ramírez, quien fue su compañero en la cancha y más recientemente su colega en el cuerpo técnico de la Sub-17 de Colombia, sintetizó su personalidad en una sola palabra: “lealtad”. Para él, Bolaño era más que un profesional: “Era un amigo que estaba cuando se necesitaba”.
Carlos “Piscis” Restrepo, quien lo tuvo en Junior, también resaltó su compromiso incondicional: “No se quejaba, no ponía excusas. Tenía un corazón inmenso y unas ganas de triunfar que lo ponían por encima del resto”.
Hoy el fútbol despide a uno de los suyos. Se fue Jorge Bolaño, pero queda su ejemplo: el de un guerrero silencioso, noble, entregado, que jugó la vida como sus mejores partidos: con pasión, disciplina y sin guardarse nada.
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